El voto en blanco (I) EN CARTAGENA ES INUTIL Y COMPLICE Por Edison Lucio Torres * (Especial para cualquier medio que quiera publicarlo) Como analista político e investigador social -como periodista en el sentido más estricto- parto de hechos concretos y posibles y no del deseo, para interpretar la intríngulis de la cosa política local. Empiezo por decir que el voto en blanco, si bien es cierto que es una opción ciudadana válida, en la actual coyuntura electoral es inútil para propiciar un cambio y, al mismo tiempo, es cómplice del estado de cosas existentes en la democracia local cartagenera que se quiere combatir: ingobernabilidad, pobreza, desidia e inmoralidad pública. En las elecciones del 2003, cuando se eligió a Alberto Barboza como alcalde, votaron validamente 198.348 personas, de las cuales el 8.5% optaron por el voto en blanco. En el 2005, imaginémonos la siguiente situación: Cartagena de Indias, 30 de octubre, 10 p.m., último boletín de la Registraduría Distrital. Votos válidos: 198.348. Votos por los nueve candidatos inscritos a la alcaldía: 99.173. Votos en blanco: 99.174. En primer lugar. Rechazo popular a los candidatos inscritos. Esta actitud debe ser percibida a través de sondeos, encuestas, acciones sociales, protestas, movimientos políticos-sociales y medios de comunicación independientes de los intereses políticos y económicos que se mueven en un proceso electoral. En segundo lugar. Que ninguno de los candidatos y candidata proponga algo diferente al estado de cosas de Cartagena que permita decir: “todos son de la misma calaña”. En tercer lugar. No basta la primera y la segunda premisa, pues, se hace necesario que haya un movimiento consolidado y estructurado que jalone el voto en blanco como si fuera un candidato alternativo con propuestas concretas que debería abanderar el candidato que se postularía en las próximas elecciones, ya que los actuales candidatos quedarían impedidos. Es imprescindible que haya una alta cultura política participativa del ciudadano local para que se den las premisas expuestas y se pueda alcanzar una votación en blanco de 99.174. Pero la realidad es otra: 1. No hay un rechazo a la totalidad de los candidatos. Más bien, sin ninguna inquina personal, el rechazo es contra los candidatos de la continuidad de la farsa de democracia existente, y han sido señalados por la opinión pública local y los medios de prensa: Nicolás Curi Vergara, Jaime Espinosa Faciolince y Willy Martinez. Todos estos han admitido explicita o implícitamente responder a las casas políticas tradicionales (caso Willy), y a los llamados financistas, caso Curi y Espinosa. 2. Existe un amplio menú electoral. Si quieres continuidad, puedes votar por los tres candidatos anteriores que tienen ideas diferentes y que son apoyados por los actuales concejales y la inmensa mayoría de ediles de las tres localidades. Si quieres votar por una mujer con experiencia en lo público y en lo privado, destacada en su lucha contra la corrupción, eficiente y con una propuesta profundamente social y progresista, puedes hacerlo por Mery Luz Londoño, del Polo Democrático y sectores independientes, quien ha venido ganando simpatía entre la población no amarrada políticamente. O si no te gusta Mery, allí tienes a Bustillo o Yarzagaray. Aún más: el menú de candidatos te proporciona a Piedrahita que encarna el voto contestatario e izquierdista contra la corrupción. Pero si eres un ciudadano que te gusta el voto de protesta, cuentas con el mototaxista Ng Ching. Ah! Pero si aún estás inconforme, y quieres un candidato silencioso que nadie sabe si es candidato o no, puedes votar por Arrieta. De todo hay en la viña local. ¿A quién le serviría el voto en blanco? ¿A quien le perjudicaría el voto en blanco? A una candidatura social, progresista y alternativa. Sin duda, perjudicaría notoriamente a Mery Luz Londoño, la más opcionada del grupo de los no continuistas, y se diluiría la posibilidad de formar un gobierno Distrital de transición hacia una gobernabilidad y fortalecimiento de la democracia. Solo les pido a los columnistas de El Universal y a los empresarios locales que simpatizan con el voto en blanco, que reflexionen, y no le hagan el trabajo al continuismo del estado de cosas de Cartagena. En vez del voto en blanco, que es inútil y cómplice, lo que ahora Cartagena necesita es el voto conciencia. ¿Qué tal una unión programática de los no continuistas? |
VOTO CONCIENCIA vs VOTO EN BLANCO
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